LA FALCATA IBÉRICA - Falcatas de Alicante

Falcata ibérica de Cabezo Lucero - Museo de Guardamar del Segura

Falcata de Cabezo Lucero - Museo Arqueológico de Guardamar

Uno de los objetos arqueológicos más interesantes y al mismo tiempo con más carga simbólica de la arqueología hispana es, sin duda, la falcata.

La falcata fue la espada utilizada por los iberos entre el siglo V  y el siglo I a.C. Es el objeto más característico de los iberos junto con las cerámicas pintadas tan típicas de esta cultura.  

En la falcata se reúnen varias condiciones que hacen a este arma sumamente atrayente para cualquier estudioso de la historia:

Por un lado tiene el interés que poseen todas las armas cuando tratamos de periodos de la Historia Antigua donde la guerra estaba a la orden del día y los guerreros se situaban en lo alto de la pirámide social. Además, las armas son herramientas que pueden acabar con la vida de otro ser humano. Ello les da un aura al mismo tiempo terrible y misteriosa. Esa condición de decidir sobre la vida y la muerte escapa de lo humano y parece ser más una facultad de los dioses.

Por otro lado la falcata es un arma sumamente original, incluso hermosa. Sus formas curvilíneas, su curiosa empuñadura generalmente acabada con forma de cabeza de animal, hace que sea una de las armas blancas de estética más singular dentro de la historia de las armas blancas.

Falcata del Museo Arqueológico de Alcoy

  Falcata del Museo Arqueológico de Alcoy

La falcata era una impresionante obra de artesanía. Estaba formada por tres láminas de hierro fundidas entre sí. Para aligerarla era habitual que se practicaran acanaladuras en la hoja. La lámina de hierro central se alargaba para formar el enmange de la empuñadura. Parece ser que la falcata tiene su origen en un arma griega, la machaira, que también se usó en la península itálica. La machaira era más larga y se usaba sobre todo en la caballería. Los íberos transformaron este arma haciéndola más corta, de unos 60 centímetros de longitud, y convirtiéndola además en un arma con doble filo en la punta. De esta manera la adaptaron a la infantería, principal fuerza de combate de los iberos, al tiempo que la hacían un arma polivalente. Con la falcata se podía atacar mediante tajos, con el filo principal, o bien mediante un uso punzante aprovechando el doble filo de la punta. En los textos antiguos ya se alababa este arma como una de las mejores espadas de la época. En la batalla de Cannas, los mercenarios iberos al servicio de los cartagineses dieron una lección a las tropas romanas sobre la letal efectividad de la falcata, pudiendo decir que la superioridad de la falcata sobre las espadas que entonces usaban los romanos fue una de las razones que ocasionaron el resultado (catastrófico para los romanos) de esa histórica batalla.

Pero si por algo es especial la falcata ibérica es por su alto contenido simbólico. Para los iberos la falcata era mucho más que un arma. La falcata era al guerrero como el alma al cuerpo. No sólo simbolizaba la condición de guerrero de su poseedor, sino también un estatus superior en una sociedad donde la guerra era sumamente importante y la principal ocupación de la clase dirigente.

Prueba de este alto significado simbólico de la falcata es el último uso que se solía dar a este arma. La mayoría de las falcatas ibéricas se han encontrado en las necrópolis formando parte de los ajuares de enterramiento. Muchas de estas falcatas habían sido inutilizadas mellándolas o doblándolas imposibilitando un uso posterior. De esta manera quedaban para siempre unidas espiritualmente al guerrero  al que habían acompañado en vida, y al que ahora iban a acompañar en el más allá. Lo mismo que el cuerpo  era destruido con la incineración, la destrucción de la falcata suponía que el arma realizaba también ese mítico viaje de ultratumba para seguir junto  al guerrero en la otra vida.

Una hipótesis muy sugerente sobre la forma de la falcata es la que dice que los íberos se inspiraron en los cuchillos afalcatados que se usaban para los sacrificios desde el siglo VIII a.C. De esta manera eligirían la machaira griega que tenía cierta similitud con el cuchillo afalcatado y la adaptarían para un uso guerrero. Esta relación entre el cuchillo de sacrificio y la falcata daba un sentido sagrado al arma.

Falcata y cuchillo afalcatado de Cabezo Lucero - MARQ

Falcata, cuchillo afalcatado, pilum y manilla de escudo de Cabezo Lucero - MARQ 

Estela ibérica dedicada a la divinidad de los caballos - Museo Arqueológico de AlcoyLas víctimas de la espada ibérica adquirían la condición de sacrificios que el guerrero ofrecía a sus dioses. Sacrificios que en el más allá serían  recompensados. ¿A que dioses podían ir dedicadas las muertes cobradas en la batalla? Quizás la respuesta esté en los mangos de las falcatas. Es habitual que la empuñadura acabé con la forma de una cabeza de caballo. Sabemos que los íberos tenían una divinidad relacionada con los caballos, una especie de gran domador que está representado, por ejemplo en una estela expuesta en el Museo de Alcoy. Pero ¿quién sabe si era este u otro el dios agasajado con los sacrificios de la batalla?

Falcata del Museo de Alcoy

Falcata del Museo Arqueológico de Alcoy con empuñadura de cabeza de caballo

La falcata ibérica se utilizó sobretodo en el sur y sureste de la Península Ibérica. Hacia el interior la influencia de los celtas hizo que se usará más el llamado gladius hispaniensis, espada recta que pasaría posteriormente a las legiones romanas. En la provincia de Alicante es donde más número de falcatas han aparecido. Así, en muchos museos arqueológicos de la provincia podemos encontrar alguna. Una de las necrópolis donde más falcatas han aparecido, fue en la importante necrópolis ibérica de Cabezo Lucero, en Guardamar del Segura. En este enlace tienes información sobre el yacimiento arqueológico de Cabezo Lucero.

Una curiosidad más: No sabemos realmente como los íberos llamaron a su emblemática espada. El nombre actual viene de "falx", que significa hoz. Este nombre se le dio a la espada cuando empezó a ser descubierta en los yacimientos arqueológicos. Con el nombre se hacia referencia a la hoz por la forma curvada del filo de la falcata.

En este artículo puedes ver fotos de varias falcatas que que están expuestas en museos de la provincia de Alicante. Quizás tras leer este artículo las mires con otros ojos. Y es que en ese arma forjada hace más de 2.000 años todavía puede que se encuentre el alma de un guerrero ibérico...

© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com

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