LES MORERES 2/2 Localización y visita

La necrópolis de Les Moreres se encuentra en la ladera sur de un cerro que alcanza los 262 metros de altura que se encuentra en la sierra de Crevellente, muy cerca del conocido paraje de Els pontets, junto al barranco de La Rambla. También se encuentra muy cerca del importante yacimiento arqueológico de de Herna/Peña negra, a menos de 400 metros de las casas más cercanas de esta importante ciudad protohistórica. Sus coordenadas son 30S  x=690266  y=4237650.


El lugar donde se ubicó la necrópolis de Les Moreres puede visitarse siguiendo la ruta arqueológica del siguiente enlace. La ruta visita otros tres yacimientos arqueológicos además de Les Moreres, incluyendo la ciudad de Herna/Peña Negra:

Hoy apenas quedan restos del yacimiento arqueológico visibles en Les Moreres, sólo las huellas de algunas de las catas arqueológicas de donde se exhumaron algunas las urnas funerarias.
Una de las catas arqueológicas en la necrópolis de Les Moreres
No obstante cuando visité lugar un detalle me llamó la atención. Entre el cerro de les Moreres y el yacimiento de Peña Negra se levanta una gran peña que no pasa desapercibida para quién visita la zona y que es perfectamente visible desde la zona de la necrópolis de Les Moreres. La gran peña tiene algo especial. No hace falta mucha imaginación para ver qué recuerda la cabeza de un felino. Alguien podrá incluso apreciar cierta humanización en ese rostro pétreo.
La cabeza del felino en las cercanías de Les Moreres
Quizás esa peña tuvo algún significado para los antiguos habitantes de la sierra de Crevillente y para los que utilizaron Les Moreres como lugar de enterramiento. Sentado en lo más alto del cerro de Les Moreres fije mi mirada en esa peña. Vino a mi mente esas estatuas de leones de piedra que han aparecido en algunas necrópolis ibéricas y que guardaban el descanso de los muertos. ¿Quién sabe si la gran peña del felino tuvo un simbolismo parecido para los que en Les Moreres depositaron los restos de sus seres queridos? La peña-guardián no pudo evitar que la curiosidad del hombre moderno, que el afán de conocimiento del arqueólogo, desenterrara las urnas funerarias. Pero no cabe duda de que de esta manera aquellos habitantes de la Peña Negra han vuelto a la vida. Al tratar sobre ellos, al estudiarlos, salen del olvido y son recordados. Y el recuerdo es la esencia de la eternidad.


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