- Poblado con edificio singular - Bronce – Ibero - II milenio a.C y siglos VI – IV a.C. - Mapa 893 (2-1) Carrús - Acceso: fácil
Situada en una posición estratégica, controlando un paso de comunicación del sur de la provincia con el Alto Vinalopó, la sierra de las Tres Hermanas (también conocida como los Tres Hermanos) se eleva a menos de tres kilómetros de Aspe. Su nombre le viene de las tres cimas alineadas de Norte a Sur que la coronan conformando una curiosa imagen. Puede ser que esta particularidad hiciera a los íberos levantar aquí una de las más interesantes construcciones de esta cultura que podemos hallar en Alicante, probablemente un templo.
El acceso a Las Tres Hermanas es sencillo. A la altura del kilómetro 4 de la carretera CV-84 que une Elche y Aspe, hay una rotonda que, a la derecha si venimos de Aspe o a la izquierda si venimos de Elche, da paso a una pista de tierra. Se puede dejar el vehículo en el principio de este camino. La pista se dirige en dirección Oeste hacia una casa de campo abandonada que está a unos 700 metros, ubicada en las primeras estribaciones de la sierra de Las Tres Hermanas.
El yacimiento ocupa las tres cumbres de la sierra y parte de las laderas. Los restos constructivos conservados son pocos pero importantes, sobretodo el templo ibérico o regia (casa de un gobernante o jefe militar) que se levanta en la lengua de tierra que desde el pico central de la sierra avanza hacia el Este.
La mejor manera de empezar la visita al yacimiento es precisamente por este edificio. El espolón donde está la singular estructura se levanta justo al Norte de la finca abandonada. Pasando junto a unos bancales, hoy baldíos, y tras superar los cuarenta metros de desnivel que separan la plataforma donde se encuentra el edificio del llano, aparecerá ante nosotros la planta del mismo que nos deja ver perfectamente la disposición de los compartimentos. Se aprecia el vano de la entrada que da a un vestíbulo o pronaos del que salen tres habitaciones paralelas. Tiene más de ochenta metros cuadrados y algunos de sus muros aún se alzan más de medio metro. El edificio es muy parecido al identificado como templo ibérico de la Illeta dels Banyets de El Campello.
Por los paralelos encontrados con otros edificios, parece que es un exponente de la interactuación de las influencias mediterráneas con las culturas locales habiendo autores que le han encontrado también paralelos en la lejana Siria.
Llama poderosamente la atención la vista de la sierra desde aquí, con las tres cumbres levantándose hacia occidente. No sabemos si esto pudo tener algún significado aunque la hipótesis es sugerente. Quizás algún hombre santo o sabio seguía la puesta de sol por detrás del trío de cimas cada tarde sacando conclusiones místicas que hoy se nos escapan. Otra interpretación que se da al edificio es que pudo tratarse de una especie de palacio o residencia de un personaje principal del poblado, ya que en su excavación no se encontraron exvotos ni material vinculado al culto, sino pesas de telar, ánforas, cerámica común y restos de armas (un regatón de lanza y un trozo de falcata). De lo que no hay duda es de la relevancia y majestuosidad que los constructores quisieron dar al edificio, no solo por sus características, sino también por su ubicación aislada y preeminente.
Aunque suponga un esfuerzo adicional es recomendable continuar la visita ascendiendo a la cumbre central. En el recorrido, a unas decenas de metros del templo, si nos fijamos en el suelo veremos los restos que quedan del camino prehistórico marcado por dos hileras de piedras paralelas hincadas en el suelo. Es de importancia debido a la falta de paralelos en otros yacimientos. Probablemente este camino debía de estar vinculado con el edificio principal.
A la derecha de este camino a una cota algo más baja vemos una acumulación de piedras que pudieron ser parte de algún otro edificio o más probablemente de una muralla o bastión hoy derrumbado.
Una vez llegados a la cumbre central hallaremos una estructura de tendencia circular, de unos tres metros de diámetro, construida con grandes piedras y que conserva una sola hilada. No se sabe que era este edificio, quizás una atalaya defensiva que desde los más de 350 metros de altura aprovechaba la gran visibilidad que abarca el valle medio y bajo del Vinalopó hasta el mar. En días claros se llega a ver la costa desde Santa Pola a Guardamar. A su alrededor se encontró cerámica del Bronce e ibérica. Aquí es el mejor sitio para concluir la visita, disfrutando de un extenso horizonte y viendo a vista de pájaro el templo o palacio íbero que aunque descubierto por los arqueólogos aún conserva muchos de sus secretos.
Si haces la ruta con GPS te agradecería que me enviases el track y los waypoints a julioasuncion@hotmail.com para añadirlos a la página.
Referencias:
José Ramón García Gandía y Jesús Moratalla Jávega: Nuevos datos sobre arquitectura de prestigio ibérica. La regia de "Las Tres Hermanas" (Aspe,Alicante). Lucentum XVII-XVIII.
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Siguiendo este fantástico trabajo, como tantos otros del autor, intente acercarme al yacimiento, pero un hombre de avanzada edad que dijo ser el dueño del monte en que se haya, me prohibió el paso categóricamente y con muy poca educación. La administración o autoridad competente deben paliar este problema, que afecta a los amantes de la arqueología sin más intención que visitar respetuosamente unos vestigios de nuestro pasado que deben ser de tod@s. Y aprovechando la ocasión, y sin ánimo de polemizar,invito al señor Pujalte, dueño del vasto área donde se encuentra el yacimiento, a tener más educación.
ResponderEliminarEl otro día estuve visitando las ruinas y los cazadores de la zona me “invitaron” a abandonar el yacimiento con la excusa de que estaba en una finca privada y que ademas era coto de caza durante todo el año, con lo cual allí no podía estar. No sé si estarían el cierto, tampoco me animé a discutir con unas personas con poca educación y modales y además armadas.
ResponderEliminarLa cuestión es que me quede con las ganas de terminar de ver los restos.