Distancia: 4,9 Km.
Desnivel máximo: 192 m.
Desnivel Acumulado: 215 m.
Materiales en el Museo Municipal de Novelda. Desde el Auriñaciense hasta el Solutrense.
(Km. 0,00) El sendero comienza en el Pontet, un antiguo acueducto de origen islámico y actualmente restaurado. El Pontet se encuentra junto al estrecho que da paso al corazón de la sierra de Crevillente. Desde el Pontet, donde podemos dejar el coche, empezamos a caminar por la pista de la izquierda, la que NO pasa debajo del acueducto.
(Km. 0,360) A la derecha de la pista sale un sendero. No lo cogemos. Nosotros seguimos por la pista.
(Km. 1,080) Bifurcación. Seguimos por la izquierda. Por la derecha iríamos hacia la Penya Negra, que es el monte que vemos a la derecha y que es otro importante yacimiento arqueológico.
(Km. 1,710) La pista va subiendo poco a poco. En un momento dado la pista da una amplia curva hacia la izquierda. Desde aquí tenemos una buena panorámica de la sierra. A la salida de esta amplia curva hay que salirse de la pista principal por una pista que sale a la derecha. La pista tiene una cadena para que no pasen los coches.
(Km. 1,944) Pasamos la cadena. A poco más de 200 metros rodeamos una casa de campo que tiene un perímetro vallado. Rodeamos la valla por la derecha. Detrás de la casa sale un sendero en dirección noreste que tenemos que seguir.
(Km. 2,550) Siguiendo este sendero nos lleva sin pérdida hasta el paredón rocoso donde está la Ratlla del Bubo. Reconoceremos el abrigo por el vallado de protección que lo rodea.
La Ratlla del Bubo es un abrigo de poca profundidad que se encuentra al pie de un paredón rocoso de la vertiente sur de la sierra. El yacimiento arqueológico fue descubierto en los años 60 por miembros del Centro Excursionista de Crevillente. Posteriormente, entre 1984 y 1990 se realizaron varias excavaciones por parte de los arqueólogos Villaverde, Iturbe, Román Lajarín, Martínez y Soler. El abrigo sirvió de refugio temporal a partidas de cazadores prehistóricos del Paleolítico superior. En la Ratlla del Bubo se encontraron materiales que abarcan desde el Auriñaciense (30.000 BP) hasta el Solutrense (15.000 BP). Es decir los periodos más antiguos del Paleolítico superior. Por los hallazgos encontrados, la cabra y el ciervo parece que fueron las piezas cinegéticas principales que fueron cobradas por estos cazadores de hace 30.000 años.
Pero además de los centenares de útiles de sílex que aquí fueron encontrados, el hallazgo más importante de este yacimiento ocurrió en la campaña de 1987. Se encontraron los restos de una hoguera de 62 cm de diámetro que según las dataciones de Carbono 14 databa de hace más de 17.000 años. A 90 centímetros de esta hoguera apareció una agrupación de bloques que fue interpretada por los arqueólogos para la base de un tronco que sirvió para el ahumado de alimentos y el secado de pieles. La hoguera no sólo debió servir para la preparación de comida de consumo inmediato, sino también para la conservación de alimentos mediante el ahumado. Así, la partida de cazadores podía transportar alimentos para un consumo diferido propio o de la tribu o clan al que pertenecían. Esta hoguera es la más antigua que se haya encontrado en la provincia de Alicante y es una de las muestras del uso del fuego más antiguas de la Comunidad Valenciana.
El abrigo tiene poca profundidad y ofrece escasa protección. Con toda probabilidad los cazadores que aquí se resguardaron completarían el refugio con rudimentaria tiendas de pieles que les protegieran del frio y de las inclemencias del tiempo.
Desde el abrigo de la Ratlla del Bubo se tiene una excelente panorámica no sólo de estos parajes tan especiales de la Sierra de Crevillente sino de las planicies que desde la sierra llevan hasta el mar. Se puede ver la lámina acuática del Hondo, Esta visibilidad era buscada por los cazadores prehistóricos, ya que les permitía tener un buen control del territorio de caza.
(Km. 2,870) Tras visitar la Ratlla del Bubo, uno de los lugares de ocupación humana más antiguos de la provincia de Alicante, lo mejor es realizar la vuelta por el mismo camino. Pero también podemos optar por el retorno por distinta ruta, sin un camino definido. En este caso bajamos campo a través a la rambla que pasa cerca del abrigo rocoso (donde probablemente se abastecían de agua los cazadores que se refugiaban en la Ratlla del Bubo). Hay que bajar con cuidado ya que está bastante empinado.
(Km. 3,500) Seguimos la rambla en su descenso, por un bonito paisaje encajonado por el barranco hasta salir a un amplio llano producto de la explotación minera.
(Km. 3,760) Atravesamos este anfiteatro artificial. Damos con otro camino que tras atravesar un estrecho paso entre paredones arcillosos va a dar a la pista que habíamos seguido al principio.
(Km. 4,890) Siguiendo la pista volvemos al punto de inicio.
© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com