COVA BOLUMINI Alfafara

La Cova Bolumini fue un lugar sagrado en la prehistoria. Sin duda la gran caverna, hermosa construcción de la naturaleza, no pasó desapercibida para los primitivos habitantes de estos valles. Vieron en ella un lugar adecuado para enterrar a sus antepasados.

La Cova Bolumini se encuentra en el municipio de Alfafara, en el parque natural de la Sierra de Mariola, en la base del escarpe rocoso del Cabezo de Mariola, lugar donde se conservan los restos de un importante poblado íbero.

La cueva destaca por su impresionante boca de entrada, desde la cual se tienen unas amplias panorámicas.

En este enlace tienes la localización de la cueva y la ruta que te lleva a la Cova Bolumini y al poblado íbero del Cabezo de Mariola:


Panorámica desde la Cova Bolumini

Las primeras excavaciones en la cueva fueron realizadas por furtivos, que, ignorantes, pensaban encontrar los tesoros que, según se decía, los moros habían dejado aquí enterrados. No encontraron los tesoros, pero si algunos enterramientos prehistóricos con sus ajuares. Estos hallazgos se perdieron, ya que no les dieron la importancia que tenían.

Porteriormente, Camilo Visedo fue recogiendo los restos que se hallaban en superficie, los que habían dejado esparcidos los furtivos. En ese momento se supo la importancia real de este yacimiento arqueológico.

La Cova Bolumini en el escarpe del Cabezo de Mariola

En 1954 el arqueólogo Vicente Pascual Pérez efectuó una cata, encontrando un cráneo humano con huellas de haber sido quemado. A unos cuarenta centímetros del cráneo apareció un punzón de hueso de conejo, una espátula, tres cuentas de collar y, el hallazgo más importante, un ídolo oculado , del tipo e los hallados en la Cova de la Pastora y en los abrigos de El Fontanal de Onil.

Ídolo oculado de la Cova Bolumini
Fuente: Vicente Pascual (ver bibliografía al final del artículo)

El hecho de que no acompañara al cráneo ningún otro hueso humano, indica que era un enterramiento secundario, es decir, el cráneo fue trasladado al lugar desde el primer enterramiento y, tras la pudrición del cadáver, el cráneo fue separado de los otros huesos del individuo y traído a la cueva. Esto es lo más probable. También podría ser que la cabeza fuera separada del cuerpo en el momento de la muerte, esto es, una decapitación.

Quizás era el cráneo de un antepasado importante para la pequeña comunidad que habitó en la cueva. El pequeño ajuar que acompañaba al cráneo y, sobre todo, el ídolo oculado, hacen pensar en un enterramiento de tipo ritual. Podemos imaginar al chamán de la tribu colocando junto a la pared de la cueva, con estudiados movimientos, el cráneo de ese antepasado común, del que fue líder del grupo. Y, mientras recita frases y palabras sagradas transmitidas de generación en generación, deposita el ídolo oculado, ídolo que confeccionó a la la luz de la luna, mientras, en la oscuridad de la noche, rezaba a dioses que hoy olvidados.

Planta de la cueva con indicación del lugar de aparición del cráneo y del ídolo.
Fuente; Vicente Pascual (ver bibliografía)

El ídolo oculado y, por tanto, el enterramiento encontrado por Vicente Pascual, se ha datado entre el 3000 – 2500 a.C., en el periodo eneolítico. Este ídolo oculado se encuentra depositado en el Museo arqueológico de Alicante (MARQ).

Pero no solo fue usada la cueva en el periodo Eneolítico, también conocido como Calcolítico. Por las cerámicas encontradas sabemos que también fue utilizada en la Edad del Bronce. En el museo arqueológico Camilo Visedo de Alcoi se guardan cerámicas pertenecientes a este periodo encontradas en la cueva.

Entre las cerámicas hay que destacar un fragmento de quesera. También las cerámicas decoradas con bandas de reticulado o con decoración incisa rellena de pasta blanquecina. Predomina la técnica de la incisión, técnica que se adscribe al Bronce Final, aunque también hay cerámica de cronología anterior, perteneciente al horizonte campaniforme.

Fragmento de quesera de la Cova Bolumini
Fuente: Alberto J. Lorrio (ver bibliografía)




PICO DEL ÁGUILA Campamento romano en el Montgó

El Pic de l´Aguila desde el oeste

El Pico del Águila es un yacimiento singular dentro de la arqueología de la provincia de Alicante.
Las investigaciones dentro del programa de la Universidad de Alicante “Las huellas de las Guerras Civiles romanas en el sudeste de Hispania. Conflictos y transformación cultural”, establecen la hipótesis de que el lugar fue un campamento romano donde se hicieron fuertes las últimas tropas sertorianas de la zona. En el transcurso de las Guerras Sertorianas (82-72 a.C.), las tropas del general Pompeyo se fueron imponiendo a las de Sertorio. El Pico del Águila debió ser escenario de una de las batallas de esta contienda.



El campamento romano del Pico del Águila se encuentra en la parte occidental de la sierra del Montgó. Era un fortín encargado de controlar la costa y la ciudad de Dianium (Denia). Dianium era una base naval de gran importancia para Sertorio. La posición estratégica del Pic de l´Aguila es evidente. Desde el campamento se divisan decenas de kilómetros de costa. Hoy, para el visitante, este control visual se convierte en el disfrute de amplísimas panorámicas.


Panorámica de Denia desde el Pico del Águila


Se cree que en este alto fortificado se hicieron fuertes las tropas sertorianas. Establecieron un sistema de defensa con tres líneas amuralladas para contener el avance del enemigo.

Todavía se conservan perfectamente visibles estas líneas amuralladas. Tienen entre tres y cuatro metros de anchura y presentan un perfil quebrado para mejorar la defensa facilitando los ángulos de disparo de las hondas, flechas y proyectiles de honda.
Si el atacante superaba la primera línea de murallas, los defensores retrocederían a la segunda muralla,. Esta segunda línea de defensa se encuentra a 500 metros de distancia de la primera. Desde aquí volvían a tomar ventaja sobre los atacantes.


Una de las murallas del Pico del Águila


A favor de esta interpretación del yacimiento arqueológico como campamento romano están los materiales hallados en el mismo. No se han hecho excavaciones arqueológicas hasta el momento (2020). Pero A. Salvage donó al Museo Arqueológico de Jávea un conjunto de piezas arqueológicas que encontró en el yacimiento en los años 70 del siglo XX. Entre lo donado, destaca un conjunto piezas relacionadas con el equipo de los soldados romanos. Proyectiles de honda, dos puntas de lanza y parte de un pilum y un protector de mejilla de un casco de tipo Montefortino, casco usado por los legionarios romanos que tan acostumbrados estamos a ver en las películas que tratan esta época.


Algunos materiales del equipamiento del legionario romano encontrados
en el yacimiento.
Fuente: https://web.ua.es/es/sertorio/penya-de-l-aguila.html

Pero si estos hallazgos tienen importancia, mucho mayor es el del Tesoro de la Marina Alta, uno de los conjuntos más importantes de orfebrería íbera.  El conjunto lo componen un colgante y tres torques o gargantillas de oro que hoy se encuentran expuestos del el MARQ (Museo Arqueológico de Alicante). Se ha datado entre los siglos V-II a.C. 



La aparición de este conjunto excepcional la debemos al hallazgo casual de Sammy Fleuren, un niño holandés de 11 años que hacía senderismo con sus padres por el yacimiento arqueológico en el mes de mayo del año 1999. El Tesoro de la Marina Alta fue encontrado cuando el chaval perdió su navaja. Al rebuscar para encontrarla dio con las joyas íberas. Estaban escondidas en uno de los muros del yacimiento. Esto ha hecho pensar a los investigadores que la ocultación pudo producirse cuando fue asaltado el campamento romano. Las joyas, que son más antiguas que la contienda sertoriana, podrían ser propiedad de uno de los oficiales del campamento, quizás producto de algún saqueo sobre la población íbera autóctona. De ser así, está claro que nunca pudo volver a por ellas. El origen del tesoro pudo ser, tal como dijo el arqueólogo Jose Luis Simón, el encargo del algún rey o príncipe íbero a algún comerciante antes de que los romanos recalaran en estas costas. 
Seguramente con el campamento del Pico del Águila estuvo relacionada la cueva santuario de la Cueva del Agua, donde aparece una inscripción de Lucio Alfio Donato, un leginario romano que debió servir en el destacamento que defendía el fortín romano del Montgó. En este enlace tienes más información sobre la Cueva del Agua.
Hoy podemos visitar el Pico del Águila e imaginar el combate entre pompeyanos y sertorianos que decidió el control de la zona. Los que amamos la arqueología sabemos que las piedras hablan. Y los derrumbes de las potentes murallas del antiguo campamento romano nos cuentan historias. En la actualidad el paraje es un lugar tranquilo. Pero hace algo más de 2000 años aquí volaron los proyectiles de honda, las lanzas y las flechas. Y la tranquilidad del lugar quedó rasgada con los gritos de guerra y con los lamentos de los heridos.

Localización del Pic de l´Aguila