MUSEO ARQUEOLÓGICO SOLER BLASCO Jávea

Museo arqueológico de Jávea
Entre los numerosos atractivos de la hermosa localidad de Jávea, no podemos perdernos su museo arqueológico.
El Museo Arqueológico y Etnográfico Soler Blasco se encuentra en un antiguo palacete del siglo XVII en pleno casco antiguo de la localidad. Además de poder visitar por dentro este edificio de alto valor patrimonial, podremos subir a la terraza de la azotea, desde donde tendremos una excelente panorámica de la localidad, de la costa y de la sierra del Montgó. Muchas de las piezas que encontraremos en las vitrinas del museo proceden de yacimientos arqueológicos ubicados en esta sierra.
Antes de subir a la terraza haremos un viaje por el pasado de Jávea desde la prehistoria hasta tiempos más recientes, representados estos últimos por la zona del museo dedicada a la etnografía. 
El municipio de Jávea es muy rico en yacimientos arqueológicos, ya que fue sitio de paso y de entrada de influencias culturales con la llegada de fenicios y griegos en la primera mitad del I milenio a.C.
Empezaremos destacando lo más antiguo en el tiempo: la colección de fósiles donada por Fernando Albi, con fósiles de varios millones de años.

Colección de fósiles de Fernando Albi

Pero si  buscamos los tiempos en que el hombre dejó sus primeras huellas en lo que hoy es el municipio de Jávea, nos interesarán las vitrinas con los útiles encontrados en uno de los yacimientos más importantes: la cueva del Montgó. Desde el mirador-terraza se ve la gran oquedad de esta cueva, que se abre entre los escarpes de la sierra. De la abundante colección de materiales de la cueva del Montgó, destacaremos sus cerámicas pintadas, datadas en el eneolítico, y una curiosa quesera.

Cerámicas pintadas de la cueva del Montgó

A destacar también es la sala dedicada a la cueva del Barranc de Migdia. Es una cueva de enterramiento eneolítica descubierta hace pocos años y que guarda en su interior arte rupestre de gran valor. En la sala podemos ver audiovisuales con reproducciones infográficas de la cueva y también de algunas de las pinturas que se encontraron en este lugar sagrado en la prehistoria.

Sala dedicada a la cueva del barranc del Migdia

De la Edad del Bronce resaltaremos el hacha y el puñal de bronce de la Coveta del Frare, del II milenio a.C.
Puñal de bronce de la Coveta del Frare

De tiempos ibéricos destacan los materiales del poblado de la Plana Justa. También se expone una reproducción del hallazgo arqueológico más valioso de esta época: el Tesoro de Jávea. Es un conjunto de piezas de adorno en oro y plata datadas en el s. IV a.C. Se encontró en la Partida de Lluca. El tesoro original se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

Reproducción del tesoro de Jávea

Ánforas romanas 
El paso de la cultura romana por estas costas tiene su mejor representación en el conjunto de materiales hallados en el importante yacimiento de la Punta del Arenal y en la colección de ánforas que exhibe el museo, muchas procedentes de los barcos hundidos frente a las costas de Jávea. La mayor parte están expuestas en la sala de arqueología submarina. Allí podremos ver también un ancla romana.
También encontramos materiales de la Edad Media. Me llamó la atención la maqueta donde se reproduce cómo era Jávea en esta época.
En lo que a etnografía se refiere, no nos podemos perder la herrería-bodega que se encuentra en la parte baja del museo.
En resumen, el Museo Arqueológico y Etnográfico Soler Blasco, además de variado, es muy interesante. Nos permite visitar un palacio del siglo XVII, bucear en el pasado de Jávea y disfrutar de buenas panorámicas desde su terraza. Visita recomendada.
Panorámica desde la terraza-mirador del Museo arqueológico de Jávea

En este enlace puedes consultar los horarios del museo: Museo Arqueológico y Etnográfico Soler Blasco








LOS SALADARES


Saladares es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del sur de la provincia de Alicante. Se encuentra a 3,5 kilómetros de Orihuela y muy cerca del límite de Alicante con Murcia. Está sobre un pequeño cabezo que se alza tan sólo una treintena de metros sobre los llanos de la fértil vega del río Segura. El río Segura queda a 2,5 kilómetros de distancia del yacimiento arqueológico.
 

Mapa y soporte gps ruta los Saladares

El yacimiento de Los Saladares fue descubierto en 1968 por unos chavales que jugaban al fútbol en las cercanías del cabezo. Posteriormente en la década de los 70 del siglo XX Oswaldo Arteaga y María R. Serna dirigieron las excavaciones arqueológicas que sacaron a la luz varios departamentos de viviendas y, lo más importante, una variada selección de material arqueológico que ha caracterizado al yacimiento de los saladares como uno de los más importantes para explicar la formación de la cultura ibérica. Esto es así porque este yacimiento estuvo ocupado, sin solución de continuidad, desde el siglo IX hasta el IV a.C., es decir, desde finales de la Edad del Bronce hasta el periodo ibérico. Por eso los Saladares es uno de los pocos yacimientos arqueológicos donde se puede seguir la evolución desde las sociedades indígenas influenciadas por la cultura del bronce del Argar hasta la cultura ibérica. Saladares es un yacimiento clave para entender la formación de la cultura ibérica gracias a las influencias orientales (griegas y fenicias) sobre el sustrato cultural autóctono en la primera mitad el I milenio a.C.
 Reconstrucción de una vasija con decoración incisa y pintada de la fase preibérica de Los Saladares
Fuente: Ver bibliografía al final del artículo.

Así, en las excavaciones arqueológicas se encontraron cerámicas fenicias y griegas que acreditan los contactos culturales de los colonizadores que vinieron desde el otro lado del Mediterráneo. De hecho, podemos decir que los Saladares junto con el yacimiento de Peña negra, son los yacimientos arqueológicos donde mejor se han documentado estas influencias culturales que a lo largo de los siglos fueron conformando la cultura ibérica.
Vasija fenicia importada hallada en los Saladares.
Fuente: Ver bibliografía al final del artículo
Podemos acercarnos a este poblado prehistórico tomando la carretera que desde Orihuela se dirige a la pedanía de Arneva. Una en Arneva, tomaremos la carretera CV-923 en dirección a El Mojón. A la altura del kilómetro 2,4 encontraremos a la derecha de la carretera una gasolinera donde podemos dejar el coche. Tomaremos una de las dos pistas que junto a la gasolinera parten en dirección noroeste. Nada más dejar atrás la gasolinera veremos enfrente, a menos de 500 metros de distancia, el cabezo dónde se encuentra el poblado.

Los saladares. Una cantera afectó esta ladera. Los restos constructivos están en la ladera opuesta
La aproximación la haremos por su ladera sur que, desgraciadamente, ha sido utilizada como cantera, lo que seguramente destrozo una parte de sus niveles arqueológicos. Llegaremos hasta el cabezo y subiremos por la parte derecha la cantera, donde hay las ruinas de una caseta. Pasaremos al otro lado del cabezo, a la ladera norte. Allí, orientados hacia Orihuela, podremos todavía podemos ver los restos de varias casas del antiguo poblado ibérico.

Departamentos de los Saladares


Los departamentos son de planta cuadrangular, de la última época del poblado (ibérica). Los habitáculos se adaptan a la inclinación de la ladera tal como hemos visto en otro poblados como, por ejemplo, el Tossal de la Cala, en Benidorm.
En las excavaciones se pudo documentar que estas habitaciones de planta cuadrada sustituyeron a las cabañas circulares de la Edad del Bronce. Igualmente las cerámicas a mano fueron siendo sustituidas por cerámicas realizadas a a torno, ingenio introducido por los fenicios. Las influencias fenicias desde el siglo VIII-VII a. C. también se aprecian en las ánforas que eran usadas para el comercio y en otros tipos de cerámicas de esta cultura como la cerámica de barniz rojo. La desembocadura del Segura, donde estaba la ciudad fenicia de La Fonteta, situada a 28 kilómetros de los Saladares, fue un foco irradiador de influencia cultural a través del comercio de los recién llegados con los antiguos habitantes de estas tierras.
A partir del siglo VI a.C. también se aprecia en el inventario cerámico la influencia del mundo griego.

Uno de los muros de una de las habitaciónes de los Saladares

El cabezo de los Saladares aunque tiene poca altura tiene un extenso dominio visual. Desde su cima se dominan tierras murcianas, y, hacia el norte, Orihuela, la capital de la Vega Baja del Segura, y la sierra homónima, donde también se encontraron yacimientos importantes de la Edad del bronce, como el Seminario, donde se encontró el ídolo de Orihuela que podemos ver en el museo arqueológico o el yacimiento de las laderas de San Antón, donde aparecieron importantes hallazgos de metal de filiación argárica.

Panorámica desde los Saladares. Al fondo, junto a las montañas, la ciudad de Orihuela

El yacimiento de Los saladares está declarado Bien de Interés cultural, lo que lo convierte en patrimonio de todos. Por eso sería conveniente que se limpiara de maleza, se consolidaran las estructuras, se volvieran a realizar excavaciones, se señalizara y que se preparará mejor para la visita al público. Veo que se intentó allá por el año 2009 según un artículo del Diario Información (ver enlace). Pero parece ser que la iniciativa no se llevó a cabo. Yo estuve en enero de 2019 y desgraciadamente el yacimiento sufría un alto grado de abandono. Una pena. Con la recuperación de los Saladares podríamos conocer mejor este lugar que es parte importante de la prehistoria y la historia antigua de la provincia de Alicante. Además sería otro hito de atracción turística dentro del importante patrimonio de Orihuela.

Bibliografía:

Oswaldo Arteaga Matute, María Remedios Serna González:
Las primeras fases del poblado de Los Saladares (Orihuela, Alicante). Una contribución al estudio del Bronce Final en la península Ibérica (Estudio crítico 1) Ampurias: revista de arqueología, prehistoria y etnografía, Nº. 41-42, 1979-1980, págs. 65-138

Los Saladares. Un yacimiento proto-histórico en la región del Bajo Segura. Crónica del XII Congreso Arqueológico Nacional, 1973, págs. 437-450


CUEVA DEL AGUA Denia


El parque natural de la Sierra del Montgó es también un verdadero parque arqueológico por los yacimientos arqueológicos que guarda y la importancia de los mismos. En otro artículo de este blog ya se ha tratado del Alt de Benimaquía, poblado fortificado íbero donde se ha constatado una de las primeras explotaciones vitivinícolas de la Península Ibérica.
Otro de los yacimientos arqueológicos imprescindibles para cualquier amante de la arqueología es la Cueva del Agua, también denominada Cova de l´Aigua, en valenciano. La Cueva del Agua es uno de los lugares más sugerentes que he visitado en mis rutas arqueológicas en Alicante.


La gruta se encuentra en los rocosos paredones de la vertiente norte de la sierra del Montgó. A pesar de la apariencia casi inaccesible de la cavidad, no es difícil llegar a ella. Lo más fácil es acceder desde la ermita del Pare Pere. Primero avanzaremos por cómodas pistas forestales y posteriormente un sendero nos permitirá ascender por terreno más agreste hasta la boca de la cavidad. Hay, además, indicaciones sobre el terreno que nos señalan el camino.

Mapa y soporte gps de la ruta a la Cova de l´Aigua

Hay dos características que hacen muy interesante a este yacimiento arqueológico. La más importante es la inscripción romana que se encuentra cerca de la entrada de la cueva. La inscripción está protegida por un enrejado que permite que no se produzcan pintadas o agresiones a este hito patrimonial. De hecho vemos los restos de alguna pintada que algún descerebrado realizó antes de que se instalara la protección. De todas formas el enrejado permite ver perfectamente la inscripción.

Enrejado protector de la inscripción romana. A la derecha entrada a la cavidad inferior de la cueva

La inscripción romana ocupa 54x72 cms. de pared rocosa y fue realizada en el año 238 d.C., en tiempos del emperador Maximino el Tracio (235-238 d.C.). Fue realizada por un legionario romano llamado Lucio Alfio Donato. El texto de la inscripción es el siguiente:
C(aius) Iul(ius) Urbanus vet(eranus) / prin(ceps) vexil(lationis) leg(ionis) VII / Gem(inae) P(iae) F(elicis) [[M[a]xim[i]n(ianae)]] [m]iss(us) / cum suis a D[e]cio Va[l]er[i]a/no co(n)s(ulare) L(ucius) A[l]f[i]us Do/natus optio f(aciendum) c(uravit)
La traducción sería: Caio Iulio Urbano, veterano, jefe del destacamento de la Legión VII Gemina Pía Félix Maximiana, enviado con los suyos por el gobernador (de la Tarraconense) Decio Valeriano. Lucio Alfio Donato se ocupó de que fuera hecho (este epígrafe).


Inscripción romana en la Cueva del Agua


Caio Iulio pudo ser el jefe del destacamento que se encargaba de controlar esta parte de la costa alicantina, incluyendo el suministro de agua que facilitaba la cueva. De hecho, el nombre de Cova de l´Aigua se debe a la surgencia de agua que la cavidad tiene en su interior.

La segunda característica que hay que destacar es que, con anterioridad a la llegada de los romanos, la Cueva del Agua fue una cueva-santuario ibérica tal como acreditan algunas de las cerámicas que aquí se encontraron. Ya hemos visto en otras cuevas santuario de la provincia de Alicante como el agua tuvo un papel fundamental en la religiosidad de los íberos (Cueva de les Dones, Cova Pinta). Así debió de ser también en la Cova de l´Aigua.

La Cueva del Agua consta de dos cavidades. La entrada a la inferior se encuentra justo al lado de la inscripción romana. Cuando accedí a la cavidad no me costó imaginar a los legionarios de guardia en este recogido refugio jugando a los dados o tomando el rancho.

Interior de la cavidad inferior de la Cova de l´Aigua.

La cavidad principal es la superior, si bien se encuentra más modificada por la mano del hombre. Así , podemos ver los restos de un antiguo aljibe (s.XVII-XVIII). En época islámica y más recientemente se siguió aprovechando el agua de la cueva. Hoy el aljibe está en desuso y sus paredes afeadas con inscripciones y pintadas modernas.

Interior de la cueva. En la pared inscripciones modernas


Si accedemos a lo más profundo de la cavidad todavía podremos ver el nacedero de agua. Aunque no son muchos metros los que separan al nacedero de la sala principal conviene ir provisto de linterna. El agua cristalina de este depósito natural seguro que era vista con otros ojos por el sacerdote o la sacerdotisa íbera que oficiaba los rituales sagrados en la cueva. Al fin y al cabo este agua nace del interior de la montaña, de la Madre Tierra. La cueva, simboliza el útero femenino, y el agua es la fuente de la vida. Es muy probable que en la Cueva del Agua se realizaran rituales de fecundidad.
Surgencia de agua de la Cueva de l´Aigua

¿Hasta cuando la Cueva del Agua fue un lugar sagrado? No lo sabremos nunca. Pero lo cierto es que hasta hoy ha seguido siendo un lugar de atracción para el ser humano. Hace siglos fueron los íberos y los romanos los que a este recóndito lugar acudían. Hoy son los senderistas, los turistas y los amantes de la historia.
No cabe duda de la relación de la espiritualidad del hombre y la naturaleza, especialmente en tiempos pasados. La Cueva del Agua es uno de esos lugares en que esta relación de lo sagrado y lo natural se percibe. Seguramente esta cavidad continuó siendo lugar de culto y peregrinación tras la romanización.

Inscripción de 1832 en una de las paredes de la Cueva del Agua

Mientras imaginamos a soldados romanos y a sacerdotisas íberas, también podemos recrearnos con la espectacular panorámica de Denia que se tiene desde la cueva.
Denia y su puerto desde el interior de la Cova de l´Aigua


El mar parece cercano desde aquí. Quizás Caio Iulio, el jefe del destacamento de la Legión VII Gemina, y Lucio Alfio Donato, el que grabó la inscripción, se convirtieron en asiduos visitantes del lugar. No sería de extrañar. Roca, agua, montaña, mar e historia. Todo se une para hacer de la Cueva del Agua un lugar muy especial.

Mapa y soporte gps para la visita a los Saladares

- Los Saladares
- Soporte gps (track de la ruta)
- Soporte gps en Wikiloc

MUSEO ARQUEOLÓGICO DE NOVELDA


El Museo Arqueológico de Novelda es un pequeño pero interesante museo arqueológico que guarda piezas procedentes de importantes yacimientos arqueológicos de la comarca del Valle Medio del Vinalopó.
Está ubicado en la segunda planta de la casa de cultura de Novelda, en la calle Jaume II, nº 3. El museo se puede visitar de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas. La entrada es gratuita.
El museo ocupa una sola sala en la que se realiza un recorrido cronológico a través de los objetos expuestos.
Las piezas arqueológicas se han agrupado por los yacimientos arqueológicos de donde proceden. En los enlaces puedes conocer más sobre los yacimientos arqueológicos que ya se han tratado en otras entradas de este blog.


Comenzaremos nuestro recorrido en el Paleolítico. Los artefactos más antiguos son los instrumentos líticos hallados en las terrazas de la Coca, en Aspe. Pertenecen al Paleolítico medio y, probablemente, fueron realizados por el hombre de neandertal.

Piezas líticas de la Terrazas de la Coca


También hemos de fijarnos en la colección de puntas de flecha de la Cova del Sol, en Hondón de las Nieves, ya del Paleolítico superior.
Material lítico de la Cueva del Sol


Igualmente de este periodo es el instrumental lítico de la Ratlla del Bubo, en Crevillente. En este yacimiento arqueológico se encontraron restos de una hoguera de 17.000 años de antigüedad. Es una de las muestras de la utilización del fuego por el ser humano más antiguas de la Comunidad Valenciana. De este yacimiento se exponen perforadores, buriles, raspadores, conchas perforadas usadas como ornamento, etc.

Raspadores y buriles hallados en la Ratlla del Bubo
De época neolítica hay que destacar la vasija hallada en Ledua. Podemos decir que este poblado neolítico es el primer poblamiento humano conocido en el solar que hoy ocupa la ciudad de Novelda. La vasija decorada de Ledua es una de la cerámicas neolíticas más valiosas de la arqueología alicantina.
Vasija neolítica de Ledua
Del Eneolítico encontraremos los ajuares de enterramientos de las cuevas de la Serreta Llarga, la sierra de la Mola, etc.
De la Edad del Bronce destaca uno de los enterramientos encontrados en el yacimiento del Tabayá. Vemos un cráneo con una vasija que le sirvió de ajuar y lo que parecen ser dos pendientes de metal.

Enterramiento de Tabayá

De La Horna, otro poblado de la Edad del Bronce, destacaremos un hacha de bronce perfectamente conservada que podemos considerar el hallazgo más interesante de este yacimiento arqueológico.

Hacha de bronce de La Horna

Pasamos ahora al mundo de los íberos. Aquí encontramos una de las vitrinas más interesantes. Muestra hallazgos de la necrópolis de la Regalissia. Entre los objetos vamos a resaltar el pebetero con forma de cabeza de Tanit y la agarradera de escudo, útil bélico poco frecuente en los museos arqueológicos.
Pebetero y agarradera de escudo de la Regalissia



También en esta misma vitrina se expone el importante ajuar de la tumba ibérica de la Torre, en Sax. Además de un objeto de lujo como es un kilix griego de figuras rojas, llama la atención la falcata y la punta de lanza que se encontró en el enterramiento.

Enterramiento de la tumba de la Torre, Sax
Por último, de época romana destacaremos las figurillas de probable uso decorativo o votivo que se exponen en la siguiente vitrina.

Figurillas de época romana del Museo Arqueológico de Novelda

La exposición continúa con material islámico y medieval encontrado en el yacimiento de El Zambo y en el castillo de la Mola y acaba con una muestra de la arqueología urbana de Novelda.
En definitiva, el museo de Novelda es un complemento ideal para conocer algunas de las mejores piezas encontradas en los yacimientos tanto de Novelda como de los municipios cercanos. Espero que este recorrido te anime a visitar este interesante museo que muestra parte de la importancia arqueológica del Vinalopó, río de escaso caudal pero de gran historia, ya que era y es corredor de paso desde la costa alicantina hacia el interior de la Península Ibérica.

Localización Museo Arqueológico de Novelda



Mapa y soporte gps para la visita a la Cueva del Agua

- Cueva del Agua, cueva-santuario ibérica

Coordenadas ETRS89: 31S  x=249045  y=4300130

- Track para gps ruta a la Cuova de l´Aigua


ALTO DE BENIMAQUÍA Poblado fortificado ibérico

Una de las torres del Alto de Benimaquía

El Alto de Benimaquía se encuentra en las estribaciones más occidentales de la Sierra de Montgó, sierra que se ubica en el norte de la provincia de Alicante y que está declarada Parque Natural. Para acercarnos al yacimiento arqueológico la mejor opción la puedes encontrar en esta ruta arqueológica de este mismo blog:
El Ato de Benimaquia, Alt de Benimaquia en valenciano y en buena parte de la bibliografía, es un poblado íbero fortificado que se encuentra situado en un cerro de alto valor estratégico por el excelente control visual de la costa que se tiene desde el mismo. Desde sus 220 metros de altura sobre el nivel del mar se controla buena parte de la costa norte de la provincia de Alicante y de la costa sur de la provincia de Valencia. Desde  Cullera hasta Denia se visualizan más de 50 kilómetros de costa. La cercanía de esta parte de la costa de la Comunidad Valenciana con Ibiza hace que fuera lugar de paso y atraque de los barcos de los comerciantes fenicios en la primera mitad del primer milenio antes de Cristo. Este dato es importante ya que lo que vamos a encontrar en el poblado fortificado del Alto de Benimaquía tiene mucho que ver con las influencias que ejercieron los fenicios sobre las poblaciones autóctonas de la actual costa de la comunidad valenciana. Es posible que el Alto de Benimaquía fuera un nexo de comunicación y comercio entre la Ibiza fenicia y las poblaciones íberas del interior.


    
Esas influencias fenicias, añadidas a las posteriores de los colonizadores griegos, serían claves para formar lo que luego sería la cultura ibérica, la cultura protohistórica que da carácter a toda la región levantina en la antigüedad.
Estas influencias orientales ya las empezamos a ver nada más llegar al yacimiento arqueológico.Su imponente sistema defensivo tiene claras influencias orientales. El yacimiento conserva 147 metros de lienzo de muralla que está reforzada por media docena de torres de planta cuadrangular y trapezoidal. Probablemente estas torres de esquinas en ángulo son las torres de esta tipología más antiguas construidas por poblaciones indígenas de toda la Península Ibérica. Estas murallas se construyeron en al siglo VII a.C. Su tipología está inspirada en las fortificaciones que levantaban los colonizadores fenicios en las costas levantinas ya que este tipo de defensas están muy alejadas de las de las poblaciones de la Edad del Bronce que habitaron la zona con anterioridad a la llegada de los nuevos colonizadores.
Torre noroccidental y panorámica de la costa desde Cullera a Denia- Clica en la foto para ampliar.
El recinto amurallado del Alto de Benimaquía delimita un espacio triangular de unos 4.500 m² cuyo sector sur está protegido por un escarpe natural. Este escarpe hace que no sea necesario la construcción de muralla defensiva en este sector. En cambio los sectores norte y oeste, al ser de más fácil acceso, son los que fueron protegidos por este potente amurallamiento reforzado por torres. Por otra parte, también se cree que esta muralla no sólo tenía una función defensiva, sino de prestigio. La construcción de la muralla acredita la existencia de un poder jerárquico, de un jefe o líder, que aunaba esfuerzos y voluntades para poder levantar esta fortaleza. La visión del potente sistema de torres desde la distancia marcaba un hito de posesión, de dominio sobre el territorio, al estilo que luego, en la Edad Media, harían los castillos.
La muralla tiene entre 80 cms. y 1,4 metros de anchura y las torres se levantan todavía sobre el terreno más de 2 metros de altura a pesar de que ya han pasado más de 2500 años desde que se construyeron. Originalmente estas torres pudieron alcanzar los 4 metros de altura. El sistema defensivo del Alto de Benimaquía es, por todo lo expuesto, una de las construcciones defensivas protohistóricas más importantes de la provincia de Alicante. La muralla fue excavada y dada a conocer por Schubart y Fletcher en los años 60 del siglo XX, en la primera fase de excavaciones arqueológicas que se realizaron en el poblado.
Estructuras del Alto de Benimaquía. Mapa base Google Maps.
Pero si ya la muralla hace a este yacimiento importante dentro del patrimonio arqueológico de Alicante, lo que realmente hace excepcional al Alto de Benimaquia es que se hallaron lagares y otras construcciones relacionadas con la fabricación de vino que fueron identificadas en las excavaciones dirigidas entre los años 1989 y 1992 por Carlos Gómez Bellard y Pierre Guérin. En los estudios publicados por estos arqueólogos y el la bibliografía relacionada al final de este artículo basaré la mayor parte de lo que se expone en este artículo.
Torres del Alto de Benimaquía
Sólo se excavaron en estas campañas arqueológicas 350 m² del yacimiento junto a la muralla septentrional, pero la información que se desprende de los hallazgos hacen del Alto de Benimaquía un hito dentro de la época más antigua de la cultura ibérica. Además de los lagares, las excavaciones sacaron a la luz varios departamentos cuadrangulares dispuestos en dos hileras separadas por un estrecho pasillo.
Los lagares se encontraron el sector occidental del yacimiento, junto a la muralla y el torreón noroeste, lugar por donde hoy se accede al Alto de Benimaquía. En los lagares aparecieron cubetas donde se fermentaba la uva, balsas de decantación y lo que parecen ser plataformas de prensado de la uva. A esto hay que añadir el hallazgo de más de 7.000 pepitas de uva, producto de desecho de la actividad vitivinícola. Estas pepitas son de Vitis vinifera, variedad cultivada de la uva, no la variedad salvaje. Se cree que la variedad Vitis vinifera fue introducida en la Península ibérica por los fenicios igual que hicieron en otros lugares del Mediterráneo como Etruria y el Lacio.
Lagar del departamento 2. Fuente: ver bibliografía
Teniendo en cuenta que estás construcciones están datadas en s. VII-VI a.C , estaríamos ante una de las primeras muestras de la industria del vino en la Península Ibérica. Los arqueólogos creen que estás estructuras, auténtica bodega del mundo antiguo, no sólo se dedicaban a los producción de vino para el consumo del poblado. Sus dimensiones y la aparición de abundantes ánforas, recipientes usados para el transporte y comercio de vino, hacen pensar en una producción de vino excedentaria que sería objeto de comercio entre las poblaciones de la zona y quizás también en el comercio de larga distancia. Entre las ánforas predominaban las de tipología fenicia y las ibéricas que imitaban a estas ánforas fenicias.
Ánfora fenicia. Fuente: ver bibliografía
Según los investigadores los viñedos no debían de estar muy lejos, seguramente en la plana de Benimaquía, el espacio llano que se encuentra entre el Alto de Benimaquía y el Montgó, y que está al este del poblado ibérico. Consideran que los viñedos podrían haber ocupado un total 40 hectáreas, lo que daría una productividad de al menos 40.000 litros de vino por cosecha. Se estima que una veintena de trabajadores tuvieron que estar dedicados a la recogida y a la fabricación del vino.
A su vez, el hecho de que una población indígena produjera vino en fechas tan tempranas tiene una importancia excepcional. El vino fue introducido por los colonizadores fenicios en la Península Ibérica hacia el siglo VIII a.C. Estos comerciantes venidos desde las costas orientales del Mediterráneo suministraban vino a las poblaciones locales y lo intercambiaban generalmente por metales. El hecho de que en el Alto de Benimaquía se elaborara vino en los siglos VII-VI a.C., es otra muestra de las influencias culturales que los colonizadores fenicios ejercieron sobre las poblaciones autóctonas de la época desde sus establecimientos en las costas levantinas .
Además el vino era un producto de lujo. Su producción exigía una organización que necesariamente tenía que estar encabezada por una autoridad jerárquica, seguramente un jefe o líder salido de la aristocracia local. La producción de vino exigía la reserva de un terreno durante años para que crecieran las viñas y pudieran dar fruto. La vendimia, el pisado de la uva, la fermentación del mosto, el almacenamiento y la posterior distribución del vino son muestra de una sociedad organizada y jerarquizada. Además el vino tenía un valor simbólico, como acreditan los mitos de muchas culturas mediterráneas. Estaba presente en los banquetes rituales, en las libaciones a los muertos y en las ceremonias religiosas. Es la bebida de los dioses. Aún hoy conserva ese sentido simbólico, como podemos ver en la eucaristía cristiana. Por tanto el control de la producción de vino confería un estatus elevado a las élites ibéricas de la época y, por tanto también al jefe o aristócrata que ejercía el poder desde esa atalaya privilegiada que es el Alto de Benimaquía.


Muro de uno de los departamentos del Alto de Benimaquía
Los fenicios trajeron el vino como producto de lujo. Las aristocracias locales se empaparon del modo de hacer de los fenicios para poder producirlo. Al mismo tiempo también tomaron de los fenicios la elaboración de las cerámicas a torno para poder hacer, entre otros vasos, ánforas con las que poder comerciar con el vino, producto de connotación sagrada y ritual.
Esta apertura a las influencias orientales por parte de las oligarquías autóctonas está en el germen de la formación de la cultura ibérica. El Alto de Benimaquía es un gran ejemplo, de todo esto y, por tanto, este poblado fortificado de claras influencias orientalizantes, una de las primeras bodegas de la historia, es un hito arqueológico clave en la historia antigua de la Península Ibérica.
El poblado fue abandonado hacia el 500 a.C. Esto queda acreditado por la ausencia de cerámicas griegas que empezaron a llegar a estas costas en el siglo V a.C.

Amanecer tras el Montgó desde al Alto de Benimaquía
Más de una vez, cuando me sirva un buen vaso de vino como acompañamiento de una opípara comida, me acordaré del Alto de Benimaquía. Una escena imaginada me vendrá a la mente. El jefe del poblado, en una ceremonia ritual, al amanecer, cuando el sol está saliendo sobre la potente cima pétrea del Montgó, recibe en sus manos un cuenco con el primer vino que ha producido la bodega del poblado. Lo degusta mientras mira hacia el amanecer. Está bueno, casi tanto como el que venden los fenicios de la costa. Sonríe. El sol está naciendo. También nace una nueva era para su pueblo. 
Bibliografía:
El vino en los inicios de la cultura ibérica. Carlos Gómez Bellard, Pierre Guérin, Enrique Díes Cusí, Guillem Pérez Jordá. Revista de arqueología nº142, 1993
Estudio preliminar de las ánforas del Alt de Benimaquía (Dénia, Alicante). Josep S. Castelló Marí, Carlos Gómez Bellard, Nuria Alvarez García. Quaderns de prehistòria i arqueologia de Castelló, Nº. 21, 2000, págs. 121-136
La vinificación en el período orientalizante: El Alt de Benimaquía (Dénia). F. Cisneros Fraile. Liburna, Nº. 6, 2013, págs. 55-80

Excavaciones en las fortificaciones del Montgó cerca de Denia (Alicante). Schubart H., Fletcher D., Oliver J. 13; Madrid 1962 VV.AA.

VISITA AL ALTO DE BENIMAQUÍA Poblado íbero

El Alto de Benimaquía desde la urbanización La Marquesa

En esta ruta vamos a visitar el Alto de Benimaquía, uno de los poblados íberos más importantes de la Comunidad Valenciana. No tuvo una larga ocupación (650-500 a.C.) pero es un hito de la arqueología alicantina. Esta relevancia se debe principalmente a dos motivos :
- La buena conservación de su sistema defensivo, compuesto de muralla y torreones. Probablemente sus torres son las más antiguas torres cuadrangulares construidas por poblaciones indígenas de toda la Península Ibérica (s.VII a.C.).
- En el Alto de Benimaquía se han encontrado varios lagares que se han datado en el siglo VII-VI a.C. Junto a uno de ellos se recogieron más de 7000 pepitas de uva. Estos hallazgos arqueológicos hacen del Alto de Benimaquía uno de los yacimientos más antiguos donde se ha documentado la industria del vino en el Mediterráneo occidental. Es uno de los primeros lugares de producción de vino, no sólo para consumo local, sino también para comercio, de la Península Ibérica.
En esta entrada del blog se explica la ruta para llegar al yacimiento arqueológico. Esta información se conpleta con el siguiente enlace donde podrás encontrar mucha más información sobre este importante yacimiento arqueológico:

- Alto de Benimaquía, poblado fortificado íbero.
Una de las torres del Alt de Benimaquía


Distancia: 2,5 km
Desnivel máximo: 40 m.
Desnivel acumulado: 70 m.

Mapa y soporte gps de la ruta
El Poblado ibérico del Alto de Benimaquia se encuentra en una de las estribaciones más occidentales de la Sierra del Montgó, sierra declarada Parque natural. La manera más fácil de acercarnos a este importante yacimiento arqueológico es desde la urbanización La Marquesa que se encuentra en las laderas cercanas al cerro sobre el que se alza el poblado fortificado íbero. Para llegar al punto de inicio de la ruta en el GPS del coche o en la aplicación google maps de nuestro smartphone podemos buscar la calle Medussa 39, Denia. Justo al lado del chalet de la urbanización que corresponde a esta dirección comienza el sendero que nos va a llevar al Alto de Benimaquia. En el lugar hay sitio de sobra para dejar el coche.
Al poco de comenzar el sendero encontraremos un cartel informativo que nos indica de la regulación legal de protección del yacimiento arqueológico. Nuestra visita no debe dejar el mínimo rastro. Es obligación de todos tratar este patrimonio único que cuenta con miles de años de antigüedad con el mayor de los respetos.

Cartel informativo en el comienzo del sendero al Alto de Benimaquía

Km 0,210.- El sendero avanza por detrás de las casas de la urbanización. Llegamos a una primera bifurcación que  tenemos que tomar a la derecha 31S  x=246256  y=4300324. Enseguida vemos, frente a nosotros, el cerro donde se encuentra el poblado íbero. Seguimos el sendero rodeando el poblado antiguo por el norte. Aunque vemos ya las torres que protegían el poblado íbero no debemos acceder campo a través ya que el acceso directo sería muy complicado debido a que la vegetación de monte bajo es muy tupida. Además estamos en un Parque Natural, por lo que hay que evitar salirse de los senderos marcados. Una curiosidad de la ruta es la abundancia de palmitos. El palmito es la única palmera autóctona de la Península Ibérica. También es conocida como palmera enana. Podemos ver un palmito en la foto precedente de este artículo. Es inconfundible por hojas palmeadas con decenas de foliolos.
Muralla oeste del Alto de Benimaquía
Km 1,070.- El sendero gira poco a poco 180º y llega al poblado por el derrumbe de la torre que está en el ángulo de la muralla. Esta torre tiene planta trapezoidal y es la más grande del poblado fortificado 31S  x=245787  y=4300545. Una vez arriba podemos seguir el recorrido de la muralla, de la que se conservan 147 metros de longitud. Está reforzada con varios torreones. La muralla hace un ángulo de 90º protegiendo los flancos norte y oeste del poblado. El flanco sur está protegido por el precipicio que forma aquí el monte. En el espacio delimitado por la muralla  también podemos ver algunos restos de los muros de las casas del poblado, si bien la vegetación y los bancales modernos cubren la mayor parte de las estructuras.
En el sector occidental del poblado, adosados a la muralla norte, cerca de la torre trapezoidal, fue donde se excavaron los lagares que dan una importancia excepcional a este yacimiento arqueológico al ser uno de los primeros lugares donde se documenta la industria del vino en el Mediterráneo occidental. De las estructuras de esta antigua bodega no se aprecia hoy gran cosa más que algún resto de muro. Pero que duda cabe de que estar en este espacio que está en el origen de la producción de vino, producto de suma importancia aún hoy, hace la visita a este yacimiento arqueológico muy especial.
Plano de la muralla y las estructuras excavadas. En oscuro los lagares.
Planimetría de E.Díes y L.Gimeno. Fuente: Ver bibliografía
Otro de los grandes atractivos de la visita al poblado íbero fortificado del Alto de Benimaquía son las extraordinarias panorámicas que se disfrutan desde el yacimiento arqueológico. Cullera (a 50 km) y Gandía están hacia el norte. En días de gran claridad la vista puede alcanzar a Valencia y Sagunto. Más cerca Denia y sus urbanizaciones que trepan por la sierra del Montgó hasta las cercanías del Alto de Benimaquía. Hacia el este se alza la cumbre del Montgó que se encuentra a poco más de 5 kilómetros en línea recta del Alto de Benimaquía. ¿Cuántas veces habrán visto salir el sol sobre el gigante Montgó los íberos que habitaron aquí hace más de 2.500 años?

Muralla norte del Alto de Benimaquía. Al norte, junto al mar, Denia.

En las excavaciones arqueológicas se detectó un nivel de destrucción hacia el año 550 a.C. ¿Quizás un incendio fortuito o el poblado fue atacado? Posteriormente el poblado fue de nuevo ocupado pero tan sólo medio siglo después fue abandonado (500 a.C.) Otros poblados ibéricos cogerían el testigo para que acabara de desarrollarse la cultura ibérica, cultura emblemática de la protohistoria de la Península Ibérica.
La vuelta la hacemos por el mismo camino, hay que tener cuidado en la bajada puesto que hay un punto en que hay que tomar a la derecha porque si nos despistamos y seguimos por la izquierda bajaremos por la ladera oeste, hacia la Xara 31S  x=245710  y=4300644.

Bibliografía:
El vino en los inicios de la cultura ibérica. Carlos Gómez Bellard, Pierre Guérin, Enrique Díes Cusí, Guillem Pérez Jordá. Revista de arqueología nº142, 1993
Estudio preliminar de las ánforas del Alt de Benimaquía (Dénia, Alicante). Josep S. Castelló Marí, Carlos Gómez Bellard, Nuria Alvarez García. Quaderns de prehistòria i arqueologia de Castelló, Nº. 21, 2000, págs. 121-136
La vinificación en el período orientalizante: El Alt de Benimaquía (Dénia). F. Cisneros Fraile. Liburna, Nº. 6, 2013, págs. 55-80

Excavaciones en las fortificaciones del Montgó cerca de Denia (Alicante). Schubart H., Fletcher D., Oliver J. 13; Madrid 1962 VV.AA.