VASO DE LOS GUERREROS DE LA SERRETA

El Vaso de los Guerreros de la Serreta, también conocido como Vas dels Guerrers en la bibliografía, es una de las piezas arqueológicas más importantes de la cultura ibérica. Se encuentra expuesto habitualmente en el Museo Arqueológico de Alcoy, aunque hasta principios del mes de abril de 2016 se puede contemplar en la exposición sobre la arqueología y los museos de Cocentaina del MARQ, el Museo Arqueológico de Alicante.
El Vaso de los Guerreros es un gran vaso ovoide de 66,5 cms. de altura magníficamente decorado con pinturas que desarrollan escenas relacionadas con las clases guerreras ibéricas. La clase guerrera se encontraba en lo más alto del escalafón social ibero.



El Vaso de los Guerreros se encontró en una habitación de contenido sagrado en uno de los barrios del poblado ibérico de la Serreta, uno de los yacimientos iberos más importantes de la provincia de Alicante. Para conocer más sobre la Serreta puedes consultar este enlace. La habitación sagrada y el Vaso de los Guerreros se han datado en el siglo III a.C. o los primeros años del siglo II a.C. En esta habitación sagrada también apareció el famoso exvoto de terracota de la Diosa Madre, uno de los exvotos más importantes del mundo ibérico. lo que hace pensar que era una diosa la adorada en este lugra. El Vaso de los Guerreros fue encontrado durante las excavaciones arqueológicas de la década de los 50 del siglo XX.
La decoración del vaso es excepcional. En el Vaso de los Guerreros se desarrollan tres escenas rodeadas de una decoración floral. En la primera escena podemos ver como un guerrero ibero mata a un lobo de una lanzada.
En esta escena destaca la expresión del lobo al ser herido. Una curiosidad: la lengua el lobo es una lengua bífida, como la de las serpientes. Esto tiene un simbolismo ya que convierte al lobo en un animal más peligroso, más mortal, de fauces envenenadas. El lobo se convierte en monstruo, en representación del mal, maldad que es vencida por el guerrero. La victoria es total. El lobo recoge su rabo entre sus cuartos traseros, reacción típica de los cánidos al sentirse intimidados ante un poder superior, "ante el jefe de la manada". La escena tiene un claro sentido de prueba iniciática. El joven es ahora uno de los "jefes de la manada" de la comunidad ibera. El joven ibero se convierte mediante el acto valeroso y arriesgado de vencer al lobo en el nuevo guerrero de la tribu.
En la segunda escena participan dos jinetes íberos que persiguen a una cierva que se encuentra conservada en bastante mal estado. También aquí la cierva es herida de muerte por un venablo lanzado por el primero de los jinetes. La caza era una actividad de prestigio, propia de los nobles y guerreros, clases dirigentes de la comunidad ibérica.
En la tercera escena apreciamos un combate singular entre dos guerreros. 
El de la izquierda porta la caetra, el típico escudo redondo ibero y el otro sostiene un escudo alargado y ovalado. También las armas con las que luchan los guerreros son distintas. El primero se defiende con una espada, la típica falcata ibera. El otro, con la lanza, está presto a herir al primer guerrero.
Una misteriosa figura parece contemplar las escenas al tiempo que toca la doble flauta o aulós, instrumento musical de uso en rituales dentro de los pueblos mediterráneos. En el mundo griego se creía que la diosa Atenea había sido la creadora del aulós. La tocadora de aulós del Vaso de los Guerreros de la Serreta ha de interpretarse como una sacerdotisa que interpreta la música a modo de tributo a la diosa o dioses iberos a los que se rendía culto en la habitación sagrada donde se encontró el gran vaso. Estos dioses, como poder omnipresente de la naturaleza y dueños de los destinos humanos, participarán sin duda en el resultado de los lances de las tres escenas representadas.
El conjunto ha sido interpretado por Ricardo Olmos e Ignacio Grau, los que mejor han estudiado el Vaso de los Guerreros, como el trayecto del héroe hacia la madurez y la gloria. Así, la primera escena sería la transformación del joven en hombre tras abatir al lobo en la prueba iniciática. La segunda escena representaría al mismo joven practicando la caza, En la tercera escena sería el combate singular donde ese joven mata a un enemigo. Para ver el desarrollo de esta interpretación puedes consultar la bibliografía que puedes ver al final de este artículo.
Yo difiero de esta interpretación. Creo que los personajes representados no se refieren a una misma persona. No hay identidad clara en la vestimenta. También no queda bien explicado la presencia de un segundo jinete en la escena de caza. También se dice que en la última escena el héroe mata a un enemigo en batalla. Si observamos la escena podremos ver que la lanza no se ha clavado en el enemigo y que el segundo guerrero está tan cerca de herir con la falcata al supuesto héroe como el héroe de herir con la lanza.
Creo por tanto que lo que se representa en el Vaso de los Guerreros es una exaltación más genérica de las actividades de los nobles, de los guerreros, no de uno en concreto, sino de la clase guerrera y noble en general, a saber: la importancia de la iniciación para ser parte integrante del grupo guerrero, la actividad de la caza como actividad de prestigio y de entrenamiento en el manejo de las armas y el caballo y por último, el momento supremo del combate, de la guerra, actividad que servía para proteger al grupo y facilitar poder y riqueza no sólo a la comunidad, sino al grupo dirigente de los nobles-guerreros.
El Vaso de los Guerreros de la Serreta es un reflejo de los valores más apreciados de la sociedad ibérica que era una sociedad guerrera. Pero también una sociedad profundamente religiosa. Por eso la sacerdotisa que toca el aulós tiene un papel fundamental en la interpretación de las escenas. Recuerda que los dioses están detrás de todo y que ellos deciden sobre la vida y la muerte y sobre los destinos humanos. De hecho el vaso formaba parte del ajuar de un lugar sagrado y es probable que el gran recipiente se usara para depositar ofrendas a los dioses para que participaran favorablemente en la resolución victoriosa de las empresas emprendidas por los oferentes o por la comunidad.
Contemplando esta joya de la arqueología alicantina e ibérica podemos imaginar a esos guerreros del poblado de La Serreta antes de emprender una expedición de castigo contra una tribu enemiga. El más veterano se acercaría a la sacerdotisa para entregarle un saco de grano como ofrenda a la diosa que se adoraba en ese pequeño templo del poblado. La sacerdotisa vertería lentamente el contenido del saco en el Vaso de los Guerreros mientras recitaba el ritual de protección para los que iban a ir a la batalla. El más joven de los guerreros, situado en segundo plano, detrás de los otros guerreros, recordaría su caza iniciática del lobo al ver la representación del vaso. Iba a ser su primera batalla, pero ahora sabía que la diosa le protegería. 
Mientras los guerreros marchan hacia la salida del poblado para enfrentarse a su destino la música del aulós penetra en sus oídos. A la puerta del pequeño templo la sacerdotisa toca la melodía sagrada...
Bibliografía: RICARDO OLMOS, IGNACIO GRAU "El Vas dels Guerrers de La Serreta" Recerques del Museu d´Alcoi, 14. Año 2015, pag. 79-98.



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